Salir al fresco: la costumbre de los pueblos en las noches de verano.

Salir al fresco: la costumbre de los pueblos en las noches de verano.
En verano, cuando cae la noche y las temperaturas dan algo de tregua, los vecinos de los pueblos tienen una rutina: sacar la silla a la puerta de la calle y con ganas, hablar con ellos y disfrutar del fresco. Una costumbre propia de una generación que se resiste a que se pierda.
En muchos rincones de nuestra tierra se repite el mismo ritual, sillas detrás de la puerta que esperan ser testigos de otra jornada más de charlas a la fresca. Se conversa de cómo arreglar el mundo o sino, al menos, olvidarse un poco de las preocupaciones diarias.
«Sentarse a la fresca» aspira a convertirse en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Existen tantos rituales como conversaciones cálidas, quizás tengamos una última oportunidad de poner de moda un ritual que nunca nos supo tanto a libertad y reconexión. Os dejamos uno de los dichos de estas fechas y os proponemos nuestro porche de la Casa Rural Asiento del Río donde podrás continuar con esta tradición social típica de nuestra cultura:
«Noches de agosto, fresco al rostro».

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