¿Alguna vez habéis probado una lechuga plantada y cuidada por vosotros? No hay nada más gratificante que eso.
Trabajar con las manos, ensuciarse con la tierra, recoger los frutos de ese trabajo y el esfuerzo personal, la actividad física y la satisfacción de realizar una actividad que nos apasiona son algunos de los beneficios de tener un huerto ecológico.
En nuestro huerto no se utilizan ni venenos ni herbicidas para controlar las plagas, y se abonan los cultivos con materia orgánica (compostaje). Con esto fomentamos la conciencia por la vida, por consumir productos sanos y sostenibles. Visítanos y observareis que la planta requiere cuidados, atención, tiempos de espera, un desarrollo y un proceso para finalmente brindar un resultado final, productos que te transportaran al sabor de la infancia.
